Dos mujeres circulan con su Dacia Duster por una solitaria carretera de la provincia de Toledo. Acaban de salir de visitar a sus maridos en el penal de Ocaña 2, ambos en prisión preventiva. Las dos cuñadas se dirigen de vuelta a casa cuando, en un momento dado, son interceptadas por una furgoneta que les da el alto y les impide seguir avanzando. Ellas se huelen lo peor e intentan dar marcha atrás. Pero aparece otro coche que las embiste y las bloquea.
Del interior de la furgoneta bajan seis personas disfrazadas de policía, que la emprenden a golpes con ellas y les atan las manos. En realidad son delincuentes que buscan droga. Las suben al furgón donde les pegan una paliza, hasta el punto de que ambas acabaron en el hospital por las contusiones. Tras el incidente, las víctimas deciden llamar a la policía. Y eso, que no es lo habitual, es el detalle que lo cambió todo, tal y como explican a El Periódico de España, de Prensa Ibérica, desde la Guardia Civil de Villacañas (Toledo).
La primera norma del ‘club de los vuelcos’ es que nadie habla del ‘club de los vuelcos’. El delito de robar droga a narcotraficantes es uno de los que se encuentra más en auge en nuestro país, pero también es de los que menos información arroja a las autoridades. Nadie quiere a la policía de por medio. Nadie denuncia. Las víctimas prefieren guardar silencio, porque saben que ellos también estaban actuando al margen de la ley. Según las fuerzas de seguridad consultadas por este periódico, el 90% de estos delitos no se denuncian.
Plaga silenciosa
Es el delito más oculto y silencioso de cuantos se perpetran en nuestros días. Grupos criminales armados de todas partes de Europa viajan hasta España para robar cargamentos de estupefacientes. Cocaína, hachís y marihuana son los principales objetivos de estos delincuentes, pero también se han registrado casos de robos de speed o pastillas de éxtasis. Porque España es el país de Europa por el que más droga circula a diario.
¿Qué es un vuelco?
Para los menos habituados al argot policial, se conoce como vuelco al robo de droga entre grupos criminales. Delincuentes que se enteran de que otra banda va a llevar a cabo un porte de estupefacientes, los localizan y los abordan en lugares solitarios para quedase con el cargamento. «Siempre emplean métodos muy violentos. Van armados y suelen disparar, cuando no pegan palizas», explica a El Periódico de España un agente destinado en Campo de Gibraltar, la región de España con más delitos de esta naturaleza.
El último caso se ha registrado en la provincia de Toledo, la provincia española en la que más ha crecido la producción y tráfico de cannabis en nuestro país. La Guardia Civil detuvo la pasada semana a seis personas, a las que se les imputan los delitos de detención ilegal, organización criminal, robo con violencia, lesiones, tráfico de drogas, falsificación de documento público, tenencia ilícita de armas y hurto de uso de vehículo a motor.
Una operación conjunta de Guardia Civil y Policía Nacional desmanteló en Toledo una red de vuelcos CEDIDA
La denominada Operación Jacol ha sido, en palabras de la propia Guardia Civil «la primera de estas características que registramos en nuestra comarca». De momento hay seis detenidos, cinco de nacionalidad española y uno venezolana. Sobre el cabecilla pesaba una OED (Orden Europea de Detención) porque era reclamado por Francia para cumplir una pena de 8 años de prisión por narcotráfico.
El sur
Sin embargo, aunque este haya sido el primer vuelco registrado en la zona de Ocaña, este tipo de delito ha proliferado en nuestro país en los últimos años. Especialmente en el sur de España y en los lugares costeros. Si Toledo se ha incorporado ahora al mapa de los vuelcos es, tal vez, porque se ha convertido en uno de los epicentros de la producción cannábica en España. Pero el problema se va extendiendo.
«Es un tema que va ‘in crescendo’ en los últimos años», aseguran desde la Udyco (Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional). Este tipo de delitos se ha gestionado habitualmente desde el Grupo de Atracos y Homicidios, pero el incremento casi exponencial de los casos en estos últimos años ha motivado que las fuerzas de seguridad hayan redoblado sus esfuerzos y hayan destinado a equipos especiales en determinadas zonas para tratar de frenar este tipo de delitos.
Andalucía es, con diferencia, el lugar de España donde más delitos de este tipo se registran. Sin haber un listado concreto, la mayor parte de los vuelcos se llevan a cabo en el entorno de la Costa del Sol (Málaga) y, sobre todo, Campo de Gibraltar (Cádiz) y toda el área de influencia de las costas del Estrecho. Esta última es la región por la que más hachís entra en España procedente de Marruecos. Allí se han dado casos de vuelcos que han acabado con la tortura y muerte de algunos de los narcotraficantes implicados.
Quince detenidos por secuestrar y torturar en Marbella a cuatro personas por un vuelco de droga. CEDIDA
La última gran operación, Jacol al margen, ha tenido lugar precisamente en Málaga. La Policía llevaba desde noviembre detrás de un grupo criminal conformado por diez personas. Los agentes, tras una persecución a mediados del pasado mes de julio, intervinieron 996 kilos de hachís. Estaban siendo transportados en una furgoneta que formaba parte de un operativo, y otros vehículos servían de lanzadera para advertir de la presencia de policías y asegurar el traslado de la mercancía.
Falsos policías
«Son peligrosos, siempre van armados y no dudan en emplear un grado de violencia extremo«, cuenta este agente gaditano experto en vuelcos, que añade que «suplantar a la policía es una de las principales estrategias que emplean. Se disfrazan de agentes, dan el alto y así suelen engañar a los narcotraficantes, que se dan cuenta tarde de lo que en realidad está sucediendo».
En la Operación Jacol, por ejemplo, los agentes de seguridad intervinieron solamente dos pistolas. Pero en el caso referido de Málaga, intervinieron fusiles de asalto, machetes, defensas extensibles, más de 300 cartuchos de escopeta, chalecos antibalas y lanzas de destellos, para avisar desde los coches lanzadera al vehículo que transporta la droga».
Según estas mismas fuentes, los vuelcos son protagonizados por delincuentes de diferentes partes del mundo. En el caso de la Operación Jacol, la mayoría de los integrantes de la banda tienen nacionalidad española, «pero hemos encontrado a grupos que proceden de Francia, Holanda, Polonia, Rumanía, Argelia e incluso Armenia y se han especializado en este tipo de operaciones».
El motivo es que España es uno de los países de Europa donde más droga se mueve. Es el mayor productor de cannabis del continente (habiendo desbancado a Reino Unido, que en 2021 lideraba el ranking) y el tercero donde más cocaína se intervino (37 toneladas, un 17% del total) después de Bélgica con 70 y Países Bajos con 49 toneladas.
Explican también fuentes policiales que en los últimos tiempos, donde se ha notado más el incremento de este tipo de delitos es en el sur. «En la Costa del Sol o en la costa gaditana se han asentado bandas criminales de diferentes partes del mundo que tienen en el narcotráfico su modus vivendi. Y los vuelcos forman parte de este negocio».